El Amor de Dios y los Mandamientos (Santo Tomás de Aquino)

Tomás de Aquino comentó el Decálogo en tres ocasiones: en su análisis del libro III de las Sentencias de Pedro Lombardo, en la Summa Theologiae y en las Collationes in decem praeceptis. Este último escrito resulta especialmente relevante, no solo por su dimensión doctrinal, sino por su marcado carácter ascético. En él, Aquino subraya con fuerza la primacía del amor sobre la ley, anticipando un debate que siglos más tarde marcaría la vida religiosa de Europa. Sus sermones prolongan la reflexión paulina en Romanos y Gálatas, destacando que el amor “cubre multitud de pecados” porque Dios ya no los contempla para castigarlos. Frente a la insuficiencia del temor y la carga de la concupiscencia, la ley del Evangelio se presenta como liberadora. Mientras la ley del temor prometía bienes temporales y esclavitud, la ley del amor ofrece libertad y bienes celestiales. Cristo la resumió en el doble precepto de la caridad, guía última de toda acción humana.